miércoles, 29 de julio de 2020

Nadie nos oye

A Nando J. López lo conocí primero como colega profesor y luego como autor de LIJ. Sus libros donde recopila experiencias sobre la enseñanza son muy divertidos, igual que su cuenta en Twitter sobre ese tema.

En cuanto a sus novelas, he leído tanto las dedicadas a los jóvenes como La edad de la ira y las dirigidas a adultos como Hasta nunca, Peter Pan. En ambos casos, se nota su cercanía con los jóvenes y su interés por ellos.

En esta novela conocemos a un grupo de jóvenes que se dedica al waterpolo y cómo un crimen rompe con su estabilidad. La narración se lleva a cabo tanto en voz de los chicos como de los adultos que los rodean: parte del equipo administrativo del waterpolo como de quienes llevan la investigación del crimen. 

Los chicos del equipo de waterpolo asisten a una escuela especial para deportistas, mientras que en el barrio existe otra escuela en donde la mayor parte de los estudiantes son de ascendencia extranjera. Eso provoca enfrentamientos entre ellos e incluso los lleva a tomar partido por alguna de las dos instituciones.

El racismo y el clasismo se manifiestan de diferentes maneras tanto entre los adultos como entre los jóvenes y ese será uno de los elementos predominantes durante la investigación del crimen: afortunadamente se verá una faceta esperanzadora sobre este tema en el desenlace.

Me gustó mucho la manera en la que se combinan los narradores para ir conociendo a los protagonistas y descubriendo los por qués del crimen. Las relaciones entre los chicos del equipo y los adultos dejan mucho qué desear, tal como en la vida, es necesario que quienes estamos alrededor de ellos desarrollemos empatía e interés por ellos.

Una historia sobre la amistad, los primeros amores y un crimen que se pudo haber evitado.



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