La narración va de un presente en el que han pasado muchos años desde la enfermedad, hacia el pasado en el que la enfermedad inició, hacia otros puntos en ese pasado. El hilo conductor son dos personajes: Arthur Leander un actor de Hollywood quien muere en el escenario y Kirsten Raymonde una niña actriz que vive en primer plano esa muerte y luego se convertirá en una de las sobrevivientes.
"Yo no estaba especialmente triste, más bien era consciente de la muerte en todo momento".
La forma en que está organizada la narración nos permite ir armando un rompecabezas tanto del desarrollo de la enfermedad como de lo que sucedió con cada personaje. Me gustó mucho cómo la narración va del presente al pasado, de las acciones de los personajes a sus recuerdos, de las necesidades reales a las inventadas. Pero lo que más me gustó fueron los personajes: cada uno de ellos tiene un elemento que los vuelve entrañables.
Es muy atractiva la manera en la que se cuenta cómo se organizó la humanidad al verse sin las comodidades a las que estaba acostumbrada y cómo lo vamos descubriendo: a pesar de que vemos su presente desde el inicio de la historia será casi al final cuando se explica cómo se llegó a ese punto y cómo los personajes fueron evolucionando hasta ser lo que vimos desde el principio.
Si bien el tema es dramático y algunas partes de la trama también lo son, en la mayor parte del libro tenemos un rayo de esperanza no solamente acerca del rumbo de a humanidad sino también de los personajes: junto con ellos vamos dejando atrás la tecnología para adentrarnos en las nuevas posibilidades.
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