miércoles, 30 de diciembre de 2015

Bingo literario 2015

Van los resultados del bingo literario de este año:




1. Un libro de más de 500 páginas: Hombres buenos de Arturo Pérez-Reverte.
Después de tantos años, sigo siendo fan de este escritor. Me gusta cómo narra episodios históricos para hacerlos amenos y cómo va entrelazando a los personajes.

2. Un clásico olvidado: Memorias de África de Karen Blixen o Isak Dinesen.
Regresé a este clásico por medio de la novela "A donde no conozco nada" de Antonio Malpica y me encantó. Había leído fragmentos nada más pero leerlo de principio a fin fue una experiencia diferente.

3. Un libro que se convirtió en película: El marciano de Andy Weir.
Críticas tuvo por montones, buenas, malas y pésimas pero a mí me gustó mucho. No me puse a analizar la ciencia detrás de todo lo que hacía el hombre en Marte y por eso disfruté mucho más la historia.

4. Un libro publicado este año: El peso del corazón de Rosa Montero.
La segunda novela que tiene como protagonista a la detective Bruna Husky me atrapó poco a poco y me sorprendió mucho. Siempre que leo historias con misterio me dejo llevar sin tratar de adivinar y por eso disfruto mucho más las revelciones finales.

5. Un libro con un número en el título: Ready player one de Ernest Cline.
La historia de un videojuego que le cambia la vida a medio mundo al ofrecer una fortuna como recompensa por descifrar el misterio que entraña. Miles de referencias a los años 80 y un protagonista simpático hicieron que disfrutara mucho esta lectura.

6. Un libro escrito por alguien de menos de 30 años: Yo soy Malala de Malala Yousafzai.
Relato biográfico de esta chica que ganó el Premio Nobel de la Paz y que nos recuerda que todavía hay lugares en el mundo donde ser mujer es visto como un defecto.

7. Un libro con personajes no humanos: El gato de humo y otros felinos extraordinarios de Luis Bernardo Pérez.
Una colección de cuentos cuyos protagonistas son mininos.

8. Un libro divertido: El libro de las cochinadas de Julieta Fierro.
Además de divertido, con muchos datos interesantes.

9. Un libro escrito por una mujer: Tigre, tigre de Lynne Reid Banks.
La historia de un par de cachorros de tigre separados y cómo sus vidas fueron muy diferentes.

10. Un libro con un misterio: Heridas abiertas de Gillian Flynn.
Me mantuvo en suspenso toda la historia y me sorprendió mucho la identidad del asesino.

11. Un libro cuyo título sea una sola palabra: Landline de Rainbow Rowell.
Dejé pasar tiempo para volver a leer a esta autora y de todas maneras no me alcanzó a gustar tanto como sus anteriores historias, quizá porque se tomó muchas licencias para hacer creíble el hecho de que un teléfono fijo llamara al pasado.

12. Un libro de cuentos: Everything begins and ends at the Kentucky Club de Benjamin Alire Sáenz.
Una serie de historias que suceden en un club nocturno y son más románticas que lo que sugiere el contexto.

13. Casilla libre: Pedro Páramo de Juan Rulfo.
Me llevó de regreso a mi infancia, a las primeras veces que fui conscientemente a la Feria del Libro de Guadalajara y fue una experiencia extraña.

14. Un libro que se desarrolla en otro continente: Los besos en el pan de Almudena Grandes.
Una historia de la crisis económica actual en España contada desde la gente "de a pie" y cómo van sorteando los diarios obstáculos para conseguir sobrevivir.

15. Un libro de no ficción: Cat daddy de Jackson Galaxy.
Un libro que combina consejos para conocer y tratar mejor a tu gato con la historia de sobrevivencia del autor.

16. El primer libro de un autor favorito: Las mejores alas de Antonio Malpica.
No estoy segura de que sea el primer libro pero es del 2001 así que califica por lo menos como el más antiguo registrado en Goodreads. Confieso que a pesar de que el autor sí es de mis favoritos, este libro no tanto.

17. Un libro del que me enteré en internet: Orange is the new black de Piper Kerman.
Cuando supe que la serie estaba basada en un libro, decidí leerlo y fue interesante conocer el punto de vista con menos ficción de una experiencia de cárcel.

18. Un best-seller: La chica del tren de Paula Hawkins.
Vi muchas reseñas positivas en varias páginas y no me arrepentí de haberlo leído: fue entretenido y emocionante, aunque un poco más largo de lo que pudo haber funcionado mejor.

19. Un libro basado en una historia verdadera:Voces de Chernóbil de Svetlana Alexievich.
Sí caí en la vorágine de leer a la ganadora del Premio Nobel de Literatura de este año y fue estrujante la historia de las personas que vivieron el desastre nuclear, lo padecieron sin saber de qué se trataba y se quedaron esperando una explicación.

20. Un libro hasta abajo en mi lista de lecturas: Dulce enemiga mía de Marcela Serrano.
Tenía mucho tiempo queriendo volver a leer a una de mis autoras favoritas y finalmente me di el tiempo.

21. Un libro que un amigo ama: Serie Hush Hush de Becca Fitzpatrick.
No es precisamente un amigo sino varias de mis alumnas pubertas que lo estaban leyendo quienes indirectamente me lo recomendaron.

22. Un libro que te asuste: El domador de leones de Camilla Läckberg.
Erika y Patrick siguen resolviendo crímenes en su natal Fjällbacka y lo que asusta es que no son muy diferentes a los que se cometen en este continente.

23. Un libro de hace más de 10 años: A wrinkle in time de Madeleine L'Engle.
Una autora que ya conocía pero no en su faceta de ciencia ficción y me gustó.

24. El segundo libro de una serie: A wind in the door de Madeleine L'Engle.
De la serie el quinteto del tiempo, más de ciencia ficción de esta autora.

25. Un libro con la portada azul: Brújulas que buscan sonrisas perdidas de Albert Espinosa.
La historia de un hombre adulto con asuntos no resueltos con su padre enfermo, va a cuidarlo y sin quererlo se reconcilia no sólo con su consanguíneo sino también consigo mismo.

domingo, 27 de diciembre de 2015

Carol

Patricia Highsmith es una de mis autoras favoritas de toda la vida. La conocí cuando vi la película "The talented Mr. Ripley" con Matt Damon y me encantó el personaje: ambiguo, extraño e inquietante. Me leí la serie de novelas con ese protagonista y luego seguí con el resto de ellas, dejando los cuentos un poco de lado porque me gusta más cómo desarrolla una historia más compleja.

Cuando estaba en la universidad en la biblioteca nada más había algunas de sus novelas, entre ellas "Small g, un idilio de verano" con temática homosexual. En esa época no me llamó la atención y lo dejé sin leer. Sabía que en el inicio de su carrera había escrito también una novela de ese tema y la había ido dejando para después, hasta que me enteré de que iban a sacar una película y que ya estaba recibiendo grandes críticas positivas.

Así que me acerqué de nuevo a la novela y me gustó. Obviamente fue complicado no esperar que a la menor provocación alguien se viera en la necesidad de esconder un cuerpo, pero fuera de ahí está la esencia de la autora: el suspenso en este caso va hacia la idea de qué pasará con Carol y Therése.

Debo confesar que me costó trabajo que me cayera bien Therése: es una chica que a ratos es remilgada, que no parece segura de sí misma, pero conforme avanza la historia se va permitiendo darse cuenta de sus verdaderos deseos y se convierte en la persona que quiere ser.

Las últimas páginas son angustiantes porque no es claro lo que va a suceder, sin embargo, el final no decepciona.

Había leído que es una de las pocas novelas homosexuales de la época con un final feliz y sí, aunque no termina con reflectores, el final es feliz y es claro por qué la autora recibió durante muchos años cartas de agradecimiento por haber presentado de esa manera una relación entre mujeres.

Ahora sólo resta ver qué hacen con la adaptación al cine.


sábado, 19 de diciembre de 2015

Polvo de estrellas


Un poco menos ágil que otras lecturas para pubertos pero de todas maneras muy disfrutable la historia de Paola.

La protagonista es una puberta en toda la extensión de la palabra: llora de todo, no se controla, explota y cambia de humor como de calcetines pero a pesar de eso llega a ser entreñable.

El personaje de Bruno cae bien desde el principio y a veces pareciera demasiado bueno para ser realmente un puberto, pero se le perdona porque es creíble su actuación.

Las mejores amigas de Paola, Maripepa y Andrea, la primera es la traicionera y la segunda es la fiel, ambas presentan buenos ejemplos de cómo son las pubertas reales.

Mención aparte merecen los adultos, los cuales no aparecen mucho en la trama pero sí lo suficiente para que sean diferenciados entre sí. La mamá me cayó mucho mejor que los demás y los profesores están un poco alejados de la verdadera actividad docente.

De todas maneras es muy recomendable la historia.



lunes, 14 de diciembre de 2015

Many Waters

En la cuarta parte de esta serie de novelas, volvemos a un tiempo más cercano a la tercera, cuando todos los hermanos Murry aún viven en la casa paterna. En esta ocasión los protagonistas serán los gemelos Sandy y Dennys quienes son la parte lógica y pragmática de la familia.

Una tarde llegan a casa hambrientos y al buscar que comer y qué beber, llegan al laboratorio de sus padres. Sin darse cuenta del letrero de advertencia, entran sin tomar precauciones y se ven envueltos en uno de los experimentos de su padre. Aparecen en un desierto, sin saber en qué planeta o en qué época se encuentran. Luego se verán separados por primera vez en sus vidas y deberán aprender a actuar como individuos.

Me gustó mucho que los protagonistas fueran los gemelos, pues en las otras novelas casi no tienen participación más que para plantear dudas debido a su pragmatismo. Sin embargo, para poder sobrevivir en este lugar al que llegaron por error, deberán desarrollar más su imaginación y creer incluso en lo que no pueden ver, como los unicornios. Además maduran al verse separados por una temporada y tienen su primer enamoramiento... de la misma persona.

Creo que es una de mis historias favoritas, con todo y que a veces se me hizo pesada la lectura por las descripciones.

domingo, 13 de diciembre de 2015

Si ya está muerto, sonría

Fui leyendo esta antología conforme recibía los reportes de lectura de los pubertos y así los disfruté mucho más: sus comentarios (no todos obviamente) enriquecieron las historias y me daban un punto de vista diferente.



lunes, 7 de diciembre de 2015

A Swiftly Tilting Planet

En la tercera novela del quinteto se hace un salto temporal de muchos años: Meg está casada con Calvin y esperan su primer hijo, los gemelos y Charles Wallace siguen estudiando y los padres siguen haciendo experimentos.

La acción se sitúa en la noche de Navidad, con la mamá de Calvin compartiendo la mesa con los Murry cuando de pronto una llamada del presidente interrumpe para pedirle consejo al padre sobre una muy probable guerra nuclear. Todos entran en pánico y mucho más cuando la señora O'Keefe le dice directamente a Charles Wallace que él puede evitar la guerra y le dice unos versos. Al principio no la toman muy en serio pero luego se dan cuenta de que pueden hacerlo con ayuda de un unicornio que lo llevará a viajar en el tiempo para cambiar el curso actual de los acontecimientos.

Me gustó mucho más cómo se maneja el mecanismo de los viajes en el tiempo en esta historia, la aparición del unicornio le dio un toque mágico y la unión que tiene Charles Wallace con Meg es mucho más estrecha en esta ocasión. Si bien todo sucede en una noche en el tiempo "real", Charles Wallace viaja a varias épocas y conocemos no sólo de la historia de migrantes sino de los corazones y cómo se pueden alterar por acciones aparentemente mínimas.



sábado, 5 de diciembre de 2015

El año terrible

Me llamó la atención este libro cuando supe que se trataba de la depresión de una adolescente. El hecho de que haya ganado el Premio Gran Angular 2015 creí que era una garantía, pero me equivoqué. Sí está bien narrado, sí el personaje principal está bien construido, pero eso que tiene en las últimas páginas no se le puede llamar final.

Tan bien está construida Dana, la protagonista, que uno quiere saber qué le pasa a esa niña bien de Las Lomas, incluso hice a un lado mis prejuicios sociales y dije, bueno, la depresión le puede pasar a cualquiera. Cuando le diagnostican epilepsia, pensé, bueno, pues así se justifica que "teniéndolo todo" esté deprimida. Pero cuando además le diagnostican bipolaridad, ya fue demasiado.

Igual seguí leyendo con interés pero mientras más avanzaba y se agregó el tema de la obesidad y quedaban menos y menos páginas, me dije, esto no va a acabar bien. Y no, ni siquiera acabó. He leído libros con finales abiertos maravillosos, el primer ejemplo que reciente que recuerdo es "Eleanor & Park", pero en este caso es como si se hubiera cansado la autora y ya, como si se le hubieran acabado las pilas. Uno entendería eso de cualquier publicación, pero ¡le dieron un premio! A eso no se le puede dar un premio, me van a disculpar mucho.

Mención aparte merecen las súper erratas de cambiarle el nombre a una de las mejores amigas: hay un par de páginas en las que en lugar de llamarse Carola como en todo el libro, le ponen Carlota.

Y luego cometo el error de buscar a la autora para ponerle cara a quien hizo eso y veo el video promocional y no, pues es que ella es la niña bien que sin razón aparente cayó en depresión y entonces me vuelven los prejuicios sociales.

Tal vez después cambie mi opinión pero ahorita, justo después de terminar de leerlo, tenía que sacarlo de mi mente.

lunes, 30 de noviembre de 2015

A Wind in the Door

Cuando encontré "A wrinkle in time" me encontré también con los otros 4 libros que forman el quinteto del tiempo y pensé: si ya los tengo, vamos a leerlos.

En esta segunda novela, volvemos con Meg y Charles Wallace. El hermano pequeño ya va a la escuela y sufre por no ser como los demás niños, el director no ayuda y mucho menos los temas que trata cuando la maestra le pregunta qué ha estado leyendo. Tan mal le va que un día es golpeado nada más que por el hermano de Calvin (a quien recordamos por haberlos ayudado en la primera parte y haberse enamorado de Meg). A partir de ahí se empieza a sentir mal y debe recibir atención médica, además de que Meg se da cuenta de que deben ayudarlo también de maneras poco convencionales con la asistencia de un dragón.

Me gustó mucho más esta segunda parte porque ya sabía el tono de la autora y no me sorprendieron tanto sus decisiones. Los personajes han crecido y madurado: Charles Wallace aunque aparece poco tiene gran protagonismo, Meg y Calvin siguen estrechando lazos y los personajes fantásticos son muy simpáticos.


lunes, 23 de noviembre de 2015

A wrinkle in time

A esta autora la conocí en la adolescencia cuando leí "Camilla". Después de unos años supe que había escrito novelas de viajes en el tiempo, pero como esto ocurrió antes del internet, nomás se quedó en información.

Hace unos meses lo recordé, la busqué y gracias a esas maravillosas personas que comparten lo inencontrable en este país, conseguí en inglés "A wrinkle in time" que en Alfaguara tradujeron como "Una arruga en el tiempo" pero que obviamente ya no se consigue.

Con alegría me puse a leer y aunque me costó trabajo al principio, lo logré.

Ésta es la historia de Meg una chica que no encaja en la escuela, de Charles Wallace, su hermano menor prodigio, que parece medio lento pero que es todo lo contrario y por eso mismo tampoco encaja. Este par de chicos conocen a Mrs. Whatsit, Mrs. Who y Mrs. Which quienes los llevan precisamente a conocer esa "arruga en el tiempo".

Me gustó mucho la presentación de los personajes y el desarrollo incluso el clímax, con todo y que me pareció predecible. Lo que sí no me gustó fue el desenlace: la respuesta más obvia fue la acertada, pero hay que tener en cuenta que se escribió en los años 60.

De todas maneras una gran recomendación para conocer la faceta de ciencia ficción de esta escritora.


martes, 11 de agosto de 2015

La segunda primaria

La diferencia principal entre la primera y la segunda primaria en las que estudié es que en la segunda nadie me conocía. Era nada más la nueva y tuve que hacerme un hueco para demostrar mis aptitudes y habilidades. Entré en cuarto año y ya estaban establecidos los roles de cada quien, creo que era el segundo año que daba la misma maestra, no estoy segura. Recuerdo un comentario que hizo porque se tomó la foto de grupo el primer día y varios estudiantes habíamos faltado: tan bonitas y tan flojas, ¿por qué no vinieron el primer día? Yo opté por no decir nada de mi situación familiar recién cambiada por tercera vez, lejos de mis costumbres, en una escuela nueva, sin amigos, con tantos cambios. Ese año lo pasé bien en calificaciones, empecé a hacer amigos y a ganarme a la maestra pero fue hasta quinto año cuando volví a brillar. La maestra de ese grado era totalmente diferente a mis anteriores maestros, una de sus frases favoritas era: "cuánto sabes, cuánto recuerdas". No le gustaba que memorizáramos nada, nos hacía pruebas diferentes, le encantaban las Matemáticas y las explicaba con pasión, gracias a ella la ortografía fue sencilla para mí (aunque no recuerdo su técnica de enseñanza). Y a pesar de no ser el modelo al que yo estaba acostumbrada en la primera primaria, disfruté mucho los dos años que nos dio clase. Sí era muy estricta, pero eso secretamente me gustaba mucho. En público me quejaba como todos los demás, la criticaba y señalaba sus defectos, pero en el fondo me daba cuenta de que me estaba enseñando mucho más que todos los demás maestros.

En esa escuela la clase de Educación Física parecía más un mero trámite que una clase de verdad: los maestros faltaban, había semanas que no la teníamos y cuando sí la teníamos no hacíamos gran cosa: el paraíso para mí. A pesar de eso algunas veces mentí para no tener la clase, recuerdo a uno de los maestros (no me acuerdo de cuántos tuve en un solo año) preocupado: se me acercó cuando llegué en último lugar en una carrera por filas donde los compañeros eran los obstáculos y me preguntó si me sentía bien. Le dije que sí pero no me creyó y me manó a sentar junto con otras niñas gorditas como yo.

Porque ese es el otro detalle que no he comentado: mi peso durante esos años, ya les contaré qué pasaba.

lunes, 10 de agosto de 2015

El inicio

Mi primer recuerdo de una clase de Educación Física es en la primera primaria donde estudié. No recuerdo si era primero o segundo año, de lo que me acuerdo es de que estábamos en el estacionamiento (no sé por qué no en el patio, adentro de la escuela) y a mí se me había olvidado el uniforme. Por esa razón me imaginaba a mí misma corriendo como si fuera Cheetara (sí, la de los Thundercats, la versión original, por supuesto) hasta mi casa para traer el uniforme. Tampoco es que me muriera de ganas de participar en la clase (aunque no me acuerdo cuál era la tortura de ese día) sino que era más bien el horror de no haber cumplido con lo que debía hacer. Para mí toda la vida ha sido mucho más importante lo que debo hacer, es decir, lo que los demás esperan de mí, que lo que quiero hacer, es decir, lo que hago por y para mí misma..

De esa primera primaria no recuerdo más clases, ¿será que las he bloqueado de tan horribles que eran? Es una posibilidad. Lo que sí recuerdo es que yo era una especie de rockstar: era de las aplicadas, los maestros me conocían, siempre salía en el cuadro de honor y recibía mi medalla al final de año. Cuando entré ya sabía leer, tenía facilidad con las Matemáticas, en general me gustaba mucho ir a las clases. Tenía dos mejores amigas con las que me llevaba muy bien. Recuerdo que una vez en segundo año la maestra Rosy nos preguntó qué queríamos ser de grandes y yo contesté de inmediato que doctora. Ella se puso muy contenta y me dijo: con lo inteligente que eres, vas a ser una muy buena doctora. No sé si ésa fue la primera vez que dije en voz alta lo que quería ser de grande, no sé de dónde saqué esa idea, pero a partir de ese día, siempre que me preguntaban, contestaba lo mismo y recibía la misma mirada de aprobación y algún comentario similar: con esa buena memoria, con esa inteligencia, etc. Lo que no sabían es que yo era lo que se conoce como "machetera": me aprendía de memoria, por ejemplo, las fechas de los eventos, los nombres de los personajes, las capitales de los estados, hacía el examen y en un par de días la mayor parte de la información se había ido. Creo que en lo único que me sentía realmente "inteligente" era leyendo en voz alta y haciendo operaciones matemáticas. Todo lo demás lo memorizaba  y punto.

Por eso la clase de Educación Física era especialmente difícil: no podía memorizar nada, no podía leer, ni hacer sumas o restas, nada de lo que me funcionaba con los maestros me funcionaba en esa clase. En la segunda primaria la situación sería un poco diferente.

domingo, 9 de agosto de 2015

Darse cuenta de que...

...antes de poder contar la historia que quieres contar, tienes que sacarte de dentro de ti tu propia historia porque si no, sería solamente decir lo tuyo sin crear a un personaje, así que ahí vamos, no sé cuántas palabras necesite para sacarlo, pero lo haré para poder buscar a esa protagonista que quiero formar para contarles más cosas.



jueves, 2 de abril de 2015

Feliz día internacional del libro infantil y juvenil

Hoy 2 de abril se celebra el aniversario de Hans Christian Andersen y desde 1967 se celebra también el Día internacional del libro infantil y juvenil. Por eso les comparto 10 autores de mis favoritos:

1. Christine Nöstlinger
De las primeras autoras que leí en mi vida, de mis favoritas desde los 8 años, la primera que me enganchó con una trilogía de la que apenas hace un par de años pude leer la última parte. Les recomiendo para niños "Hugo, el niño en sus mejores años": la historia de un niño que vuela en aviones de papel y tiene dos papás. Y para adolescentes la trilogía de Gretchen que comienza con "Una historia familiar", sigue con "Gretchen se preocupa" y termina con "Gretchen, mi chica", pero cualquiera de sus libros que tengan a la mano vale la pena leerlo.


2. A Michael Ende también lo leí de muy niña y me sigue gustando. La verdad no me acuerdo si vi primero la película o si leí primero el libro "La historia interminable" pero ambas me gustan muchísimo. Y me terminé de enamorar de sus libros con "Momo".



3. Gerald Durrell era un zoológo que conocí gracias a esa colección de libros naranjas de Alfaguara que le obsequiaron (o al menos ése es mi recuerdo) a mi mamá cuando compró una enciclopedia. Leí "El nuevo Noé" y "El paquete parlante" ambos muy divertidos y llenos de animales exóticos.




4. Judith Kerr con su trilogía sobre Anna, judía que sale con su familia de Alemania justo antes de que Hitler comience con los campos de concentración. Irá a Inglaterra, Austria, Francia y nos contará sus aventuras en cada país y en cada etapa de su vida en cada uno de los libros: "Cuando Hitler robó el conejo rosa", "En la batalla de Inglaterra" y "A small person far away". Judith también tiene un hermoso libro ilustrado: "El tigre que vino a tomar el té" y una serie sobre un gato, Mog.



5. A Roald Dahl lo leí cuando estaba más grande y de todas maneras me gustó  mucho. Yo no creo que los adultos no podamos leer libros para niños o jóvenes, al contrario, es divertido y enriquecedor. "Matilda" es una de mis favoritas.



6. Francisco Hinojosa con "Una semana en Lugano" me conquistó y seguí leyendo sus libros para niños. Otro de mis favoritos es "La fórmula del doctor Funes".



7. Lemony Snicket (pseudónimo de Daniel Handler) y los trece libros de los hermanos Baudelaire son tristes y trágicos pero son una divertida lectura.




8. Rainbow Rowell escribe para jóvenes más que para niños y su novela "Eleanor and Park" fue de mis favoritas del año pasado: retrata de manera certera la ilusión y el dolor del primer amor.




9. M. B. Brozon es autora mexicana y para mí, que crecí leyendo traducciones, fue un descubrimiento. Ya sea para niños con "Las princesas siempre andan bien peinadas" o para adolescentes con "De Drácula a Madero", sus libros siempre son ágiles y entretenidos.



10. Juan Carlos Quezadas también es mexicano y entre sus pasiones está el futbol, Pessoa y Portugal, los tres son retratados en sus libros, especialmente en "Desde los ojos de un fantasma".



Espero que se animen a acercarse a cualquiera de estos autores y ¡feliz día internacional del libro infantil y juvenil!