Me dio mucho gusto cuando supe que Nando J. López ganó el Premio Gran Angular de SM en 2020. He leído tanto sus obras para adultos, como las dirigidas a público juvenil así como las relacionadas con la docencia. En todas he encontrado elementos que me gustan y en este caso no fue la excepción.
Como el título lo indica, Eric nos cuenta su punto de vista de los hechos de una noche de julio, en la cual hay un crimen/accidente que no tiene testigos y del que él se considera el único culpable. Pero las cosas no son tan sencillas como relatar únicamente lo sucedido en ese momento, sino que es necesario conocer lo sucedido desde los 9 años.
Eric es un chico cuya vida ha tenido muchos altibajos, desde el momento en que su papá se va de la familia para iniciar otra, su mamá viviendo su duelo y Eric encontrando cómo expresar su verdadera naturaleza. En medio de todo esto, una luz en su vida es su abuelo materno, quien no solamente lo escuchará sino que hará todo lo posible para que Eric se escuche a sí mismo.
Tal como lo señalan los personajes en la historia, el hecho de que Eric es transexual es un dato más, no el hilo conductor de la trama: sí es relevante pero no es lo único que es y así conocemos a un chico con matices y facetas como todo personaje bien escrito.
Mi personaje favorito es Tania, su mejor amiga, quien también ha tenido altibajos en su vida y quien lo acompaña en un momento esencial de su vida, de tal forma que se convierte en una de las presencias más importantes para su desarrollo no solamente personal sino también profesional.
Una historia de misterio y sobre crecer, sobre afrontar los hechos con optimismo y dejar el pasado para tener esperanza en el futuro.
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