Se trata de la historia de un gato que quiere hacer su bar-mitsva pero se encuentra con múltiples obstáculos para lograrlo.
A pesar de que prácticamente en cada maratón de lectura hay una consigna relacionada con novelas gráficas, sigo sin acostumbrarme a este tipo de medio: mis ojos se van al texto y obvian las imágenes: debo hacerme consciente de leer ambos textos.
Las ilustraciones me gustaron mucho, si bien al principio no me gustaba la idea de que fuera un gato menos esponjoso de lo que me gustan.
Otra razón por la que elegí esta lectura fue para practicar el francés: hace mucho que no me daba el tiempo para leerlo y espero en estos días de descanso poder practicarlo más.
Si bien quedan otros cuatro volúmenes de esta historia, me gustó el planteamiento y me gustó mucho más cuando el gato empezó a hablar con el resto de los personajes y ya no nada más conocíamos sus pensamientos. Veremos si me decido a seguir leyéndolo.
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