martes, 9 de marzo de 2021

La Policía de la Memoria

En el verano pasado leí La fórmula preferida del profesor una novela sobre la identidad propia y sobre encontrarse con el otro y me gustó mucho. La autora, Yoko Ogawa  tiene más de diez libros traducidos al español y este es el más reciente.

Se trata de la historia de una isla en la cual poco a poco empiezan a desaparecer los recuerdos de los objetos y como consecuencia, los habitantes se deshacen de esos objetos, pues ya no les "dicen" nada. Cosas que en apariencia no son indispensables van saliendo de la memoria colectiva, sin embargo, hay unos pocos que conservan la capacidad de recordar. A ellos son a quienes persigue la Policía de la Memoria, se los lleva y nunca más los volvemos a ver.

Una chica que se dedica a escribir novelas se queda sola después de que su padre ha muerto y luego se llevan a su madre. Deberá encontrar un nuevo grupo de personas que la ayuden a sobrevivir, más allá de las apariencias y del olvido. Así, entablará relación con un anciano que se dedica a hacer reparaciones, luego de que su profesión como encargado del ferri hubiera desaparecido. Poco después ambos se encargarán de ocultar al editor de la chica, uno de los pocos que sigue recordando todo.

Al principio creí que tendríamos una explicación sobre el fenómeno que afecta a los habitantes de esa isla, en apariencia apartada por completo del resto del mundo. Pero conforme iba leyendo, me di cuenta de que no se trata de una historia sobre el exterior sino sobre el interior, sobre los procesos individuales del acto de recordar.

La parte que más tristeza me dio es cuando desaparece un objeto de la memoria y por lo tanto también deben desaparecerlo en la vida cotidiana: las hogueras para quemar libros, las fotografías aventadas al río, los pájaros desapareciendo de los árboles.

La relación que tiene la chica con ambos personajes va cambiando, de ser superficial y distante, a convertirse en lo más importante en su vida. El anciano y su desenlace me sorprendieron pero no tanto como el de la chica: no esperaba que de esa manera se desarrollaran los acontecimientos, siempre esperé que apareciera una solución, aunque tampoco tuviera explicación.

En cuanto al editor, al ser el único que recuerda, tiene una posición privilegiada sobre la mente pero no sobre su cuerpo: no puede salir por miedo a la Policía de la Memoria, sin embargo hace todo lo posible por despertar los recuerdos tanto en el anciano como en la chica, con la esperanza de que dejen de olvidar.

Además de la narración de la vida de la chica, también se intercala la narración de la última novela que está escribiendo y a veces se desdibuja la línea divisoria entre realidad y fantasía.

Una historia inquietante sobre el papel que tienen los recuerdos en nuestra vida y cómo a veces los detalles son lo más importante.













Libro para la consigna 8. Novela publicada en el año que trascurre el reto, del reto de lectura Voces femeninas de Babelio.

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