Se trata de la historia de Enrique un puberto que recibe como premio por tener el mejor promedio del ciclo escolar un viaje a Viena para estudiar alemán. Quiere aprender ese idioma porque su sueño es ser ingeniero y construir robots. Originalmente quería ir a Frakfurt pero sus padres solamente consiguieron una familia anfitriona en Viena. Además de acudir a sus clases de alemán, Enrique deberá ayudarle a la hija a aprender español.
La hija resulta ser una chica de 16 años quien está escribiendo una investigación sobre Klimt. Enrique la acompañará a buscar datos, visitar sitios y resolver enigmas, al mismo tiempo que los sentimientos van apareciendo. Me gustó cómo la historia de amor se va desarrollando poco a poco, si bien por parte de él la atracción física es inmediata, vemos el avance de manera natural.
Me encantó la manera en que la autora integra los datos del pintor y su vida, de su proceso creativo y de las formas en las que lo expresó.
Las ilustraciones de Claudia Navarro, sin ser la copia del estilo de Klimt, crean uno propio en el cual la historia tiene su propia personalidad.
Mi personaje favorito es Hannah: una chica que al ir investigando sobre el pintor, va aclarando su propia vocación. Tiene claro que no le gusta ser la damisela en peligro y toma en sus manos las decisiones de su vida. Trata de llevar una buena relación con sus padres, aunque a veces le cueste comunicarse con ellos.
Enrique, el autor del texto, me simpatizó desde el inicio, cuando hace un esfuerzo por "escribir bien", tal como se lo pidió su tío Gustavo. De ser un chico interesado solamente por un tema, al lado de Hannah se va dando cuenta que la vida tiene mucho más que ofrecerle y empieza a interesarse por la pintura y la música.
En cuanto a los adultos tenemos por un lado a los papás de ambos chicos: cada uno desde su continente trata de hacer lo mejor por ellos, son apoyo y tratan de no imponerse sino de ayudarlos a elegir. Por el otro lado están los compañeros de clase de alemán de Enrique: migrantes en busca de una mejor oportunidad de vida.
Tiene una cuenta de Instagram en la cual se han compartido fotos de los lugares que visitaron Hannah y Enrique, ideal para acompañar la lectura.
Una historia llena de museos, de arte y de investigación, perfecta para los pubertos.
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