Rosa Chacel es una escritora española que perteneció a la generación del 27: durante la Guerra Civil se traslada París y luego a Sudamérica en donde vive hasta 1959 cuando gana la beca de la Fundación Guggenheim para irse a vivir a Nueva York, en los años sesenta vive un par de años en España.
En esta novela se cuentan unos meses en la vida de Leticia Valle, una niña de 12 años que pasa de vivir en Valladolid a trasladarse a Simancas, un poblado en donde su familia tiene una casa pero serán pocas las oportunidades que tendrá para continuar con sus estudios. Así que se ve en la necesidad de adaptarse a las oportunidades que se le presentan: tomar clases de piano, de bordado, ir a la escuela más para contar historias que para aprender, hasta que aparece Daniel, el esposo de su maestra de piano, quien decide darle clases.
La protagonista es una niña que al principio no sabe bien lo que está pasando en su vida, poco a poco irá comprendiéndolo pero habrá eventos que, debido a las acciones de los adultos, no podrá comprender por completo. Me simpatizó su modo de adaptarse a su nueva situación, tratando de ver lo mejor aunque siempre desconfiando de las normas impuestas en su hogar.
En cuanto a los adultos, tenemos por un lado a los que viven en casa con ella y por otro a los que parecieran simples espectadores. En el primer grupo está su tía Aurelia, quien busca mantener las tradiciones vivas y pareciera más al pendiente del padre que de la propia Leticia. En el segundo grupo está su profesora Luisa, quien hace lo posible porque la niña desarrolle su potencial.
Debo confesar que el final me dejó extrañada: las explicaciones, insuficientes para ella, lo fueron también para mí. Sin embargo creo que fue coherente con la forma de la historia en general.
Considero esta lectura para el reto Voces femeninas de Babelio en la consigna: Novela escrita en el exilio.
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