De esta novela lo único que sabía es que es la obra más conocida de la autora pero no me esperaba nada de lo que sucedió: empezamos la historia con Dana en el hospital con una herida muy extraña en el brazo izquierdo, su esposo Kevin es el principal sospechoso.
Seguimos leyendo y nos damos cuenta de que lo sucedido con Dana es una de las consecuencias de una extraña relación que tiene con uno de sus antepasados a través del tiempo y del espacio: Rufus Weylin es un niño cuando lo conocemos y, al paso de los viajes, nos enteramos junto con Dana que deberá salvarle la vida en más de una ocasión para que su familia pueda suceder.
Es una novela que va más allá de la ciencia ficción, de la ficción histórica y del feminismo: al combinar todos estos aspectos, crea una obra que no solamente es conmovedora, sino que presenta una realidad que a veces se quiere dejar de lado o hacer como si no existiera: las condiciones de los esclavos negros en Estados Unidos.
Fue muy difícil leer las partes de la historia en las cuales Dana no tiene más opción que seguir las reglas de ese tiempo al que llegó: 1815 en su primer viaje es un momento muy desafortunado para ella. En los siguientes viajes las cosas van empeorando pues a pesar de la relación que tiene con Rufus, eso no la libra de los malos tratos que recibe por el simple hecho de tener un color de piel diferente y además ser mujer.
Uno como lector querría pensar que lo que sucede con los esclavos en este libro es ficción pero no es así: cada dato se puede corroborar y es escalofriante pensar en que los seres humanos eran considerados una mercancía más de los amos. El padre de Rufus es un hombre que sigue las costumbres de la época y la llegada de Dana al principio no le importa pero luego se da cuenta de que puede aprovechar su interés por su hijo pero ni siquiera eso cambia su modo de dirigirse a ella.
Dana es un personaje fuerte, íntegro y sensible a quien las situaciones la llevan a extremos de dolor y de miedo que nunca se imaginó que viviría. Aprecia su vida y hace todo lo posible por ayudar a los otros esclavos, aunque a veces sus intentos tengan consecuencias desagradables. Muchos de los esclavos no la consideran su igual e incluso algunos la desprecian pues creen que es más blanca que negra: ella a veces no está consciente de que lo que hace se considera "blanco" y trata de usar la influencia que tiene sobre Rufus para el beneficio de todos.
Alice, la parte femenina de sus antepasados, es una esclava que ha crecido en la casa de los Weylin y de quien Rufus se encapricha (pues no sé todavía si él es capaz de sentir amor): ella nunca lo acepta y siempre está buscando cómo obtener su libertad, al igual que la de sus hijos. Es un personaje también fuerte y a quien Dana también trata de ayudar aunque sea complicado.
En el presente de Dana en 1976 está Kevin, su esposo, quien es escritor al igual que ella y por mala suerte la acompaña en uno de esos viajes. Él tendrá muchas ventajas por ser blanco y tratará de aprovecharlas para beneficio de Dana.
Un libro indispensable para no olvidar esa parte de la historia, para reflexionar sobre el camino recorrido y lo que hace falta para tener igualdad.
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Esta lectura es parte de la dinámica de lectura Insolente bingo violeta organizado por Stiby y Kami.
Pues según la página de la editorial que lo publica en español es:
"Considerada como una obra esencial dentro de los géneros feminista, de ciencia ficción y fantasía, y una piedra angular del movimiento afrofuturista, se han vendido más de medio millón de copias de Parentesco. La interseccionalidad de la raza, la historia y el tratamiento de las mujeres abordada en este libro sigue siendo un tema crítico en el diálogo contemporáneo, tanto en el aula como en la esfera pública."
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