Esa crisis la llevará de regreso a investigar qué sucedió con la familia del accidentado y por qué la policía nunca supo si había sido un accidente o un crimen. A primera vista Carmen solamente quiere saciar su curiosidad pero luego se da cuenta de que hay más cosas ocultas que el accidente de hace 22 años.
El título más que una pista del caso investigado, es una duda que siempre ha tenido la protagonista y que, en medio de sus pensamientos, la asalta de vez en cuando:
"He visto una señal con la imagen de un ciervo saltando y he recordado la frustración que esta siempre me provocó: posible presencia de ciervos durante los próximos tres kilómetros. Jamás vi ninguno en el perímetro aludido y siempre me pregunté: ¿Y por qué tres kilómetros? ¿Acaso no pueden echarse a correr un poco más y aparecer a los cinco, diez o veinte kilómetros? ¿Y por qué solo ciervos y no liebres o zorros, que sí me he cruzado?"
La protagonista tiene muchas decisiones pendientes, desde laborales hasta sentimentales, y esos pendientes la llevarán a involucrarse de más con quienes investiga.
Una historia para quienes les gustan los misterios con pistas que se van resolviendo y cuyos personajes empiezan a relacionarse cada vez más entre sí.
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Para el reto de lectura Voces femeninas que organiza Babelio este libro cumple con la consigna: una novela negra del siglo XXI.
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