viernes, 12 de octubre de 2018

La playa del Otro Lado

Hace un par de meses leí Malas compañías de Paloma Bordons en Edebé y cuando vi que habían encargado uno de sus títulos para leer en quinto grado, pedí uno prestado.

Se trata de la historia de Leo, un niño español que está en de vacaciones en "una isla paradisiaca" gracias a que su mamá, Charo, ganó un premio de una marca de jugos. Los papá de Leo se separaron recientemente y aparte de las alergias y catarros que hacen moquear constantemente a su madre, Leo no había notado nada raro en su mamá.

La historia comienza cuando Leo es rescatado por un niño local: como parte de las actividades del hotel hay un club infantil en el cual los llevaron a bucear, él no tuvo cuidado y parecía estarse ahogando (porque él lo negó durante toda la novela), es salvado y a partir de ahí los destinos de todos se van a entrecruzar.

Leo al principio me pareció un niño molesto, egoísta y exagerado pero poco a poco nos vamos dando cuenta de que la separación de sus padres sí ha tenido consecuencias. A lo largo de la historia va cambiando su manera de actuar y de pensar, sobre todo acerca de los recursos: él y su mamá están ahí por el azar, mientras que el resto de los huéspedes han pagado por su estadía. Entre ellos resalta el señor Biggs, quien es socio de la cadena de hoteles, y su hija Rosalinde, quien convenientemente también habla español y se convertirá en la compañera de aventuras de Leo.

Rosalinde, a quienes sus amigos le dicen Big, es una niña que en apariencia tiene todo menos la atención de su padre, ocupado más con sus negocios que con ella. Por eso, ella buscará que los niños de la zona sean vistos como algo más que una molestia, en especial "Rascal", el niño que salvó a Leo y que se convierte en parte del equipo de trabajo del hotel gracias a eso.

"Rascal" es el nombre que le dan a todos los niños que viven cerca de la playa, pero en el Otro Lado. Los conoceremos y sabremos cómo llegaron ahí, lo que nos llevará a reflexionar sobre las diferencias entre los tres estratos sociales: los "rascals", Leo y su mamá y Rosalinde y su papá. Esta reflexión se hace de manera natural, sin que el libro sea moralizante y eso se agradece mucho.

Una historia muy recomendable para pensar y para entretenerse con las aventuras de unos niños en la playa.


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