sábado, 25 de agosto de 2018

Malas compañías

Esta novela estaba entre las que me dejó el promotor de Edebé para considerar para este ciclo escolar que acaba de iniciar.

Se trata de la historia de Silvia, una chica que está en el proceso de fincar su identidad. Su mejor amiga es Paula, son inseparables y se cuentan todo. Su relación cambia (al igual que toda la dinámica de su salón de clases) con la llegada de "la nueva" Soledad. Desde su imagen es un misterio y poco a poco se irán descubriendo las razones para su rebeldía.

Me gustó que Silvia empezara un proceso de autoconocimiento, de apertura hacia los demás, de aceptar lo diferente y no juzgarlo sin conocerlo. Es ella quien irá descubriendo los misterios no sólo de Soledad sino también de Antonio, el raro del salón.

Soledad es un personaje rebelde por fuera y triste por dentro, que necesita más cariño del que está dispuesta a aceptar. Paula se deja arrastrar por su halo de autenticidad y aprenderá que no todo lo que reluce es oro.

En cuanto a los adultos, brillan por su poco entendimiento: por estar inmersos en sus propios problemas a veces no ven lo que está enfrente de ellos: la tristeza, el enojo, la apatía, la necesidad de cariño. Los papás de Silvia atraviesan una crisis que no les permite acercarse a ella: llega incluso a enojarse de que no la regañen como ella esperaba. Y probablemente eso es todo lo que quieren los pubertos: un buen regaño en el momento oportuno para sentirse de verdad queridos.

Una historia mucho más intensa de lo que aparenta, de descubrimiento y de aceptación, recomendable para acercar a los pubertos a diferentes problemáticas de su etapa.


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