No sabía nada ni de la autora, Leila Guerriero, ni del tema que trataba pero fue cosa de empezar a leer y querer saber los resultados. Se trata de una crónica acerca de Rodolfo González Alcántara (en la portada) un bailarín de malambo que participó en el Festival Nacional de Laborde en Argentina. Acá se puede ver su intervención.
Resulta que ser bailarín de malambo es una profesión y ganar el festival de Laborde es el mayor honor que se puede tener: los participantes se preparan desde la infancia y una vez que ganan, ya no pueden volver a competir: se convierten en profesores y los invitan a ser jueces en otras competencias.
Para Rodolfo González Alcántara es un trabajo que debe compaginar con sus otras actividades y su vida en pareja. Somos testigos de su vida tanto en el escenario como fuera de él, de sus anhelos y sus aspiraciones, así como de sus miedos y dudas.
Un texto de no ficción que retrata un pueblo, una disciplina y una pasión, al mismo tiempo que nos da ganas de ver a estos bailarines en acción.
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