La gira del Machu Picchu

¿Puede una llama ser la mejor amiga de una puberta? Sin duda. En esta historia acompañamos a Nea y a Camelia emprenden un viaje para recorrer medio Perú y en esa travesía aprenderán mucho más de lo que esperaban.

Nea es una puberta que no encaja en su grupo de secundarianos: desde que en primer año a un chistoso se le ocurrió ponerle un apodo y ella decidió adaptarlo y adoptarlo hasta el momento en el que se niega a usar el vestido azul para la graduación.

Me simpatizó la protagonista, no solamente por que no es una puberta típica sino porque está en ese momento de la vida en el que tiene que empezar a ser ella misma y no sabe bien cómo hacerlo: en lugar de entrar en crisis, se lanza a un viaje con la única compañía de una llama.

Me gustó mucho que la acompañante de Nea fuera Camelia pues la humana se dará cuenta de que no siempre la compañía de sus congéneres es lo mejor: entenderá que a veces se tiene que hablar en voz alta de sus propios pensamientos mientras el interlocutor solamente masca hierba.

En cuanto a los adultos, tenemos por un lado a la familia de Nea: su abuela y su mamá, la primera será la cómplice para el viaje y a la segunda no le va a quedar más que la resignación; y por el otro a Vladimir, el patrocinador del viaje y quien también tendrá que cambiar el rumbo de su vida.

La gira del Machu Picchu es únicamente el telón de fondo para la aventura de Nea: el intento de llevar las maravillas del mundo a varios países resulta aún más desastroso de lo que se pueda uno imaginar.

Una historia de amistad, de autodescubrimiento y de un viaje decisivo en la vida.

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