En esta historia acompañamos a Violeta en su vida desde 1920 hasta 2020: su infancia en la ciudad y luego en el campo, la pérdida de la estabilidad económica y luego la muerte de su padre, la resistencia de su familia y su propia independencia en los negocios, además de sus amores, sus esposos, sus hijos y su vocación.
Me gustó cómo se logran compaginar gran parte de los acontecimientos históricos relevantes del siglo con la vida de la protagonista y de su familia: la forma de presentarlos desde un punto de vista más personal despierta el interés del lector por informarse más al respecto.
Violeta es una mujer que en muchos aspectos está adelantada a su época, sin embargo, en el terreno amoroso no lo logra: cae varias veces en patrones de conducta que no son sanos y de esa forma se presenta cómo una persona puede no ver con claridad en su propia vida y cómo es mucho más complicado de lo que parece salir de relaciones violentas.
El hecho de que la historia esté narrada con un destinatario en particular le da ventajas y desventajas: por un lado nos interesa saber cómo es la relación de Camilo con el resto de los personajes pero por lo mismo parece que se quedan capítulos en secreto por esa misma razón.
Una historia sobre una mujer pero también sobre un país y sus múltiples cambios y retos.
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