Mi personaje favorito en esta parte es Miki, el pet-robot que conoce Matabot en la instalación de GrayCris pues a pesar de que su programación lo hace actuar de una manera específica, tiene atisbos de libre albedrío y una personalidad que lo lleva a ser leal incluso fuera de lo esperado.
En la cuarta parte Matabot se propone rescatar a la Doctora Mensah y en el proceso se reúne con la tripulación del primer viaje, cuando lo conocimos. Si bien en todas las narraciones hay acción entre el protagonista y otros robots, en esta ocasión las cosas no están equilibradas y hubo momentos en los cuales de verdad parecía que el peligro sería catastrófico.
Me gustó cómo ha evolucionado su relación con los humanos en general y con la Doctora y la tripulación en particular, ya que con ellos puede ser realmente él y así puede ir encontrando su propia personalidad sin la necesidad de estar fingiendo ser humano o humano modificado, sino simplemente él.
Espero que en las siguientes dos partes se resuelva finalmente el conflicto y podamos saber qué sucedió con el grupo DeltFall.
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