Se trata de la historia de dos hermanas: Anna y Marina, quienes heredan un molino y una panadería en un pueblo de Mallorca, sin saber por qué. El marido de Anna quiere vender la propiedad pero Marina quiere descifrar el misterio de la herencia y se niega. Gracias a esta decisión, la vida de las hermanas, de sus familias y de los habitantes del pueblo cambiará.
Las hermanas son muy diferentes no solamente en el aspecto físico sino también en sus costumbres y su forma de vida: mientras que Anna vivió toda la vida con sus padres, Marina desde los catorce años salió para estudiar; Anna nunca ha trabajado, Marina ha viajado por el mundo como médica. A pesar de esto, se quieren y estarán ahí para apoyarse en los momentos críticos de esta nueva etapa de su vida.
El narrador es un personaje de la misma historia, de quien no se nos revela la identidad sino casi al final y eso le da un toque más personal a la trama así como a la perspectiva desde la que se cuentan los hechos.
En el pueblo hay personajes de todo tipo: las amigas de quien las heredó, los dueños del bar, el sacerdote, los dueños del hotel y las personas que se acercan a comprar el pan: todos ellos influyeron en la vida de Lola y también lo harán en la de las hermanas.
En cuanto a los hombres en las vidas de ellas tenemos por un lado a Armando, el esposo de Anna, quien es desagradable y ha tomado malas decisiones financieras sin importarle el futuro de su familia; por el otro lado está Mathias, el novio de Marina, quien la quiere pero no la apoya en todas sus decisiones pues también tienen sus propios planes para el futuro.
Mi personaje favorito es Úrsula, una habitante del pueblo, quien salió de Alemania, su país natal, para refugiarse en Argentina, luego se fue a vivir a España y escribió un libro en alemán muy famoso. El personaje que más me molestó es Armando, lo que demuestra lo bien escrito que está.
Una historia sobre la familia, la de sangre y la elegida, los secretos comunitarios y el amor por uno mismo.
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