Asistí a la entrega del Premio Gran Angular de este año en la FIL Guadalajara 2019 y me llamó mucho la atención esta novela. Afortunadamente la encontré en Scribd y pude empezar a leerla al salir del evento.
Se trata, como el título lo indica, del planeta después de la desaparición de los seres humanos a causa de sus propias actividades. La historia la conocemos a través de 5 perspectivas y otros tantos personajes: Rachel, Guillermo y Akhir; Chaimiri-Ashwagandha, Junón y Farid; Ada/Hada; Iván, Tila y los mangostanes.
En la primera parte del libro se describen las acciones que los gobiernos tomaron para llegar al punto en el cual todo el planeta fue gobernado por el Ente Mente Total. Luego avanzamos en el tiempo a encontrarnos un mundo en el cual los mangostanes han evolucionado y empiezan a crear sus propias costumbres. Finalmente, encontramos a algunos sobrevivientes y cómo deberán adaptarse a este nuevo orden.
Me gustó mucho cómo la narración combina diferentes tipos de textos aunque el hecho de que los personajes se mezclaran me causó confusión al principio, pero conforme continué con la lectura empezó a ser más claro.
He leído muchas historias del fin del mundo o de la civilización tal como la conocemos y en este caso la manera en la que se suceden los eventos fue diferente y muy atractiva: mis personajes favoritos fueron los mangostanes pues, al conocer la forma de su aparición y de su evolución, podemos ver reflejadas algunas de las actitudes de los seres humanos.
En cuanto a los seres humanos, la desmaterialización es la opción que encuentran para el problema de la sobrepoblación, así como la migración. Al principio parece que es una buena idea pero conforme avance la historia veremos sus ventajas y desventajas.
Un final con un tono esperanzador después de un ambiente desolado, una historia para reflexionar sobre nuestras acciones y cómo afectan al medio ambiente.
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