Se trata de la historia de Zinny y Jaz hermanas que deben encontrar el camino de regreso a su familia en un mundo donde cada vez hay más muros que separaran no solamente territorios sino también personas. Van pasando de casa en casa, encontrándose cada vez con más problemas hasta que llegan a una en la cual se reunirán con más niños en su misma situación.
La narración muestra varios momentos: por un lado el presente de las hermanas en la búsqueda de un camino; por otro la historia que cuenta Zinny de cómo llegaron hasta ahí y finalmente un futuro incierto aunque esperanzador. La forma en la que se presentan los hechos es desgarradora pues conforme vamos conociendo acerca del pasado, la situación del presente tiene más sentido.
Lo que más me gustó es la relación que tiene Zinny con las historias: contar en voz alta para sí misma y para quienes la acompañan se convierte en su tabla de salvación, en su refugio y en un lugar para todos. El poder que tiene el relatar lo sucedido no solamente para recordarlo sino también para darle un significado y reflexionar.
Es una historia difícil de leer porque al no estar situada en un sitio exacto se puede (tristemente) adaptar a cualquier contexto donde hay migración, separación de familias y miedo.
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