miércoles, 16 de febrero de 2022

La rosa de Judas

Suzette Haden Elgin fue una escritora y lingüista norteamericana quien además inventó el idioma que se menciona en la trilogía Lengua materna.

En esta segunda parte el tiempo sigue avanzando y las mujeres de la Líneas siguen con su plan de difundir el láadan, el idioma que permitirá a las mujeres expresar su sentir y sus percepciones. Nazareth Chornyak sigue presente no solamente como lingüista e intérprete sino también como consejera y abuela de todas las habitantes de la Casa de las mujeres: es la fuente de todo el plan y sabe que al tratarse de un objetivo a largo plazo, probablemente no podrá ver sus frutos, por lo que siempre está buscando compartir lo que sabe y, sobre todo, que el idioma salga de las Líneas y llegue con el resto de las mujeres.

Así como en la primera parte estuvo Michaela Landry, la enfermera, en esta segunda parte más compañeras de profesión se unen, así como Sor Miriam Rose quien es designada por las autoridades católicas para investigar el láadan y sus características con el objetivo de determinar si es una herejía o no. La conocemos a partir de las entrevistas que tiene con el padre Dorien y como él, nos sorprendemos con el giro que toma en el desenlace de la historia.

Por otro lado tenemos a Heykus Joshua Clete un funcionario del gobierno que desea tener el poder de los lingüistas para comunicarse con los alienígenas pero cuyos planes no tienen el resultado que desea. La manera en la que las personas no lingüistas empiezan a acercarse a los idiomas extraterrestres, así como los experimentos que proponen suenan bien en abstracto pero cuando los lleva a la práctica no. Además su interés religioso oculto no le permite ver las situaciones con claridad.

Lo que más me gusta es cómo presenta los temas de lingüística dentro de la trama: la morfología, el léxico, la gramática y el proceso para adquirir el lenguaje, así como la pasión con la que los personajes se relacionan (o no) con el aprendizaje de la lenguas y la disciplina que se vive en las Líneas. Y en ese mismo tema entra una de las hipótesis propuesta en el libro: los idiomas humanos son inadecuados para expresar las percepciones de las mujeres: entre los ejemplos más claros está el momento en el que Jo-Bethany quiere expresar una pregunta que en su mente es muy sencilla pero no es capaz de encontrar las palabras para decirla.

Espero mucho de la conclusión de la historia, espero que se logren los objetivos de las mujeres lingüistas.



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