domingo, 6 de febrero de 2022

Lengua materna

Son pocos las historias de ficción que he leído acerca del trabajo del lingüista, muchas veces se menciona como de pasada nada más pero nunca había sabido de un libro como este en el cual esta profesión no solamente es relevante sino fundamental para la trama.

Se trata de un futuro en el cual la Humanidad salió al espacio y ha encontrado muchas formas de vida fuera de la Tierra, para comunicarse con ellos y más importante, para comerciar con ellos, es indispensable conocer sus lenguas. Así, los lingüistas se dedican no solamente a aprender las lenguas terrestres sin o también las nuevas: desde su infancia son puestos en contacto para lograr el dominio y la fluidez, el conocimiento de las costumbres y la capacidad de negociar con ellos.

En este contexto tenemos las Líneas, familias que se dedican a la lingüística y cuyos miembros tienen facilidad para aprender nuevas lenguas así como para relacionarse con sus hablantes. Debido al poder que tienen son mal vistos por el resto de la Humanidad y son juzgados severamente en sus acciones tanto personales como profesionales. 

Por si esto fuera poco, las mujeres han perdido los derechos que habían logrado y en ese presente son como niñas de nuevo ante la ley. Las lingüistas especialmente son vistas como madres para procrear más lingüistas y luego son llevadas a las Casas Estériles donde se reúnen cuando ya no cumplen con sus funciones. Será en esos lugares donde nazca el germen de un secreto que tendrá más consecuencias de las que se esperaban.

Nazareth es una de las lingüistas a quien acompañamos desde su infancia y quien nos sirve como hilo conductor de las acciones en la familia/línea Chornyak, de la Tierra y sobre todo de las mujeres: no tiene ningún poder de decisión sobre su vida, sin embargo aprende a observar y a esperar, a desear y sobre todo a planear.

El otro eje es Michaela Landry una enfermera que cuida no solamente a las mujeres de las Casas Estériles sino también a los hombres ancianos y por ello tiene cierta independencia tanto personal como económica. Al principio parece que sus propósitos se contraponen a los de Nazareth pero al paso del tiempo llegan a unirse incluso a pesar de ellas mismas.

Lo que más me gustó es la forma en la que se relacionan las mujeres entre sí: se apoyan, se ayudan y buscan un bienestar colectivo no solamente cuando llegan a la edad adulta sino desde la infancia. A pesar de que no tienen muchas oportunidades ni libertades, hacen lo posible por las demás y eso en el largo plazo las beneficia a todas.

Es la primera parte de una trilogía, veremos hacia dónde se dirigen estas lingüistas.



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