En esta historia tenemos a una chica, Ori, cuya familia está formada por su padre, sus ex esposas y los parientes de esas ex esposas. Por esa razón las cenas familiares de Día de gracias, Navidad y Fin de año suelen ser muy peculiares. Una de las asistentes a esas cenas es la abuela Elving quien siempre está contando sobre la Navidad en la que trabajó en una tienda departamental. Una de sus "primas" lleva este año a un nuevo novio, quien se dedica a investigar la memoria y se interesa por la abuela. Así, inicia una relación profesional entre la abuela Elving y Lassiter, con Ori como acompañante de la primera.
Me recordó mucho tanto a "Tránsito" como a "Oveja mansa" en el sentido de la investigación científica sobre un fenómeno, las pruebas que se llevan a cabo y cómo los investigadores se involucran mucho más de lo que aparentan.
Ori me simpatizó desde un principio pero mi personaje favorito es Lassiter: si bien su investigación es muy importante para él, también lo es el sentido humano de los participantes y cómo sus resultados los pueden afectar.
Mención especial merece la abuela Evling quien al principio puede ser muy repetitiva sin embargo, conforme la vamos conociendo y sabiendo los detalles de su vida, nos damos cuenta de que siempre tuvo muy claros sus objetivos.
Me gusta mucho la forma en la que Connie Willis va construyendo sus personajes: nunca dice desde un principio descripciones pero va dejando detalles a lo largo de las páginas para que vayamos construyendo la imagen mental física y de carácter de cada uno de ellos, para que al final, junto con el desenlace de la trama, tengamos una idea clara de cómo son sus protagonistas.
Una historia de amor acerca de la memoria y cómo construimos los recuerdos a veces sin darnos cuenta.
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