Este libro es una de las lecturas que me quedó pendiente de mi lista para el maratón The reading rush en la consigna un libro que se adapte a película.
Se trata de la historia real de Susannah Cahalan, una joven periodista que trabajaba en The Washington Post y quien tuvo una enfermedad que no supieron diagnosticar en las primeras oportunidades.
Ella llevaba una vida tranquila: un trabajo que la entusiasmaba, un novio al que quería, una familia con padres divorciados pero que la apoyaban. Hasta que empieza a tener una serie de síntomas que no parecen tener una explicación: es internada en un hospital y después de muchos análisis, uno de los médicos propone trasladarla a la parte psiquiátrica pues si su enfermedad no tiene una explicación clara, es la única opción que queda.
Sin embargo, sus padres no lo permiten y siguen buscando opiniones de médicos, hasta que se toman con quien será clave para la recuperación de Susannah primero una doctora y luego un doctor, quienes logran identificar que se trata de una enfermedad autoinmune. Con el tratamiento adecuado, poco a poco Susannah empieza a mejorar y a recuperar su vida normal.
Me gustó mucho cómo la autora hizo de su caso una investigación ya que durante mucha parte de su enfermedad no estuvo consciente de sí misma, debió recurrir a entrevistas y grabaciones para reconstruir su paso por el hospital. De esta manera, combina sus recuerdos, los de su padre, el personal a su cuidado, los videos y la investigación sobre los procedimientos que llevaron a cabo con ella.
El resultado es un texto lleno de datos sobre la enfermedad, sensaciones de la autora, sentimientos de sus familiares y descripciones de los videos que nos hace reflexionar hasta dónde un médico puede darse por vencido con los primeros resultados negativos.
En cuanto a la película, me pareció una interpretación muy fiel al texto: la actuación de Clöe Grace Moretz es buena y convincente, así como de su padre y de su novio. Me hizo falta al final más conclusión de la historia de recuperación y cómo la publicación del primer texto en el periódico también tuvo repercusión en la carrera del médico que la diagnosticó.
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