En esta historia conocemos a Cat, una puberta aparentemente como cualquier otra: va viajando por el mundo junto con su padre en una búsqueda. Pero ¿qué es lo que buscan? A Dios. ¿Por qué lo buscan? Porque su papá es un ángel. Hasta ahí el planteamiento que tiene un giro cuando asesinan al papá y ella se queda sola en el mundo y decide vengarlo.
Las aventuras comienzan cuando debe decidir a quién acercarse para pedir ayuda. Lo más lógico sería que fuera con un ángel y eso hace pero le sale todo mal. Será entonces un demonio quien decida ayudarla y Cat deberá saber si confiar o no en él.
En un tercio de la novela sucede algo que de plano no me esperaba y que cambia no el rumbo de la historia pero sí la manera de lograrlo, en ciertas cosas se vuelve más sencillo y en otra mucho más complejo. Primero me chocó ese cambió porque no entendía cómo iba a funcionar la narración pero poco a poco me di cuenta de que la autora tenía todo fríamente calculado para ir resolviendo los conflictos.
Las explicaciones sobre la lucha eterna entre el bien y el mal, entre los ángeles y los demonios y el papel que tienen los seres humanos en todo eso, me gustaron mucho. Salen de lo que yo conocía y le dan un nuevo punto de vista a la trama. La inclusión del tema ecológico al principio no me cuadraba mucho pero conforme fueron explicando me pareció pertinente.
En cuanto a los personajes, me costó simpatizar con Cat desde un principio porque algunas de sus acciones me parecían ilógicas y me costó todavía más confiar en Ángelo pero una vez que entré en la historia, quise saberlo todo.
Una novela recomendable para quienes gusten saber más del tema de los ángeles y los demonios y para quien quiera leer una historia de aventuras con toques de romance y de intriga.
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