Esta novela se trata de Nat, una mujer que decide dejar toda su vida en la ciudad para mudarse a La Escapa un pueblito cerca del monte de El Glauco. Y ahí como bien dice el dicho, los pequeños sucesos se toman una importancia y un valor diferentes a como serían en una ciudad más grande.
Desde el principio es difícil simpatizar con Nat no solamente porque sus motivaciones no son claras sino porque no se explican sus reacciones más allá de un miedo y una inseguridad que tampoco se aclaran. Cuando se menciona el motivo de su mudanza tampoco nos ayuda como lectores a entenderla: parece que simplemente se deja llevar por lo que sucede a su alrededor.
Probablemente el verdadero tema de la novela es justamente ese: cómo a veces la inacción combinada con las reacciones impulsivas parecen a simple vista sin sentido pero solamente a largo plazo pueden tener un verdadero impacto positivo en la protagonista.
En cuanto al resto de los personajes, los que están más delineados son masculinos: el casero agresivo e intrusivo; el vecino hippie amable y servicial; el vecino alemán que vende verduras: cada uno de ellos será un vértice para la vida de Nat, casi siempre para llevarla más a la negatividad.
Una historia sobre las malas decisiones y cómo reparar las consecuencias.
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