Esta es la historia de Isabelle, una chica que salió de su pueblo Beaufort siguiendo el amor, envuelta en chismes y volvió de forma aún más perturbadora para sus vecinos: con dinero y en posesión de un secreto inimaginable.
La forma en la que son descritos tanto los lugares como sus habitantes recuerdan las novelas del siglo XIX y si luego le sumamos hechos inexplicables, tenemos una historia que muy bien pudo hacer sido de esa época. Los personajes cumplen con funciones específicas y permiten que conozcamos poco a poco la historia de Isabelle: están las chismosas oficiales, encargadas de ponernos al tanto de su pasado; el gendarme que se interesa por su posición actual y los sucesos inexplicables que la rodean.
Me hizo falta saber más de la vida de Max, uno de los interesados no tanto en el bienestar como en resolver el misterio que envuelve a Isabelle. Y acerca del misterio, me hubiera gustado más antecedentes de cómo sucedió.
Una historia sobre lo difícil que es aceptar a quienes son diferentes.
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