Esta novela de Nina Lacour sí estaba en mi lista tentativa de lecturas para este mes de leer solamente autoras.
Se trata de la historia de Marin y Mabel, un par de chicas en su último año de preparatoria, viviendo el último verano que pasarán juntas y experimentando el primer amor. Por su esas emociones no fueran suficientes, Marin descubrirá que su abuelo, con quien ha vivido prácticamente toda su vida, tenía muchos más secretos de los que parecía a simple vista.
La historia se cuenta desde el presente en el que Marin está en la Universidad de Nueva York a punto de pasar las vacaciones de diciembre sola en los dormitorios. Intercalados tenemos los capítulos acerca del pasado en dos momentos: el verano previo y algunos retazos de los años anteriores.
Me gustó cómo está narrada la historia y cómo Marin es capaz de contar los hechos de una forma aparentemente neutra pero que tiene mucho de sí misma. Mientras más sabemos de su pasado, más queremos entender por qué está queriendo estar sola y menos entendemos a su abuelo.
La relación entre las amigas pasa por varios momentos, todos sumamente sentimentales, mostrándonos que a veces un amigo puede hacer toda la diferencia en la manera en la que afrontamos los problemas.
Si bien me pareció una historia triste, llena de nostalgia y de angustia, de desesperanza y de dudas, al final creo que la protagonista nos conduce no hacia la alegría sino hacia el camino que la llevará a volver a conectarse consigo misma.
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