Cósima es una chica que está a punto de graduarse de la preparatoria. Está en el punto de mira de toda su comunidad por haber ganado un concurso internacional de video. Por esa razón la eligen como la alumna que dará las palabras finales en el acto académico. Para eso, le deja a un viejo amigo, Hebe, una USB con el video que deberá proyectarse en el evento. Para sorpresa de todos, no se trata del consabido discurso de buenos propósitos para el futuro de los graduados, sino de una amenaza de venganza: durante los años que pasó en la preparatoria recibió burlas por su aspecto y su estatura y por eso, en lugar de ser ella la víctima, ha decidido tomar la justicia en sus manos y deshacerse de uno de los abusadores.
Aparentemente nadie la toma en serio, pero conforme van avanzando los hechos, tanto jóvenes como adultos se van dando cuenta de que sí es serio, mucho más de lo que hubieran pensado en un principio.
Me gustó mucho cómo se van desarrollando los hechos, vamos conociendo a Cósima desde los videos pero también desde los recuerdos de los demás y desde los eventos que va desatando. No quisiera destripar por completo la trama, simplemente decir que las vueltas de tuerca (que son más de una) impiden soltar el libro hasta terminarlo.
Mención aparte merecen las mujeres de la historia: obviamente Cósima, la protagonista, siempre un paso por delante de todos los involucrados; las compañeras que hacen un video para tratar de disculparse; la mamá del objetivo a quien vemos también evolucionar.
Confieso que la especie de epílogo me pareció una manera de que el desenlace no fuera tan trágico como pareciera, sin embargo, es precisamente esa parte la que nos permite ver con un destello de esperanza la vida de estos jóvenes.
Una lectura muy recomendable, tengas la edad que tengas, hayas pasado por una experiencia similar o no, te abrirá los ojos a situaciones que tal vez consideras normales pero que no lo son.
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