miércoles, 16 de enero de 2013
El tango de la Guardia Vieja
Tenía miedo de leer esta novela porque no creía que el autor me podía decepcionar, como me pasó con un par de españoles que leí el año pasado, pero no, sí es diferente en estilo, tema y forma a las otras novelas que tanto me gustan de él, pero consiguió atraparme y conmoverme.
La historia de Max y Mecha está destinada al fracaso pero no por eso asistimos a ella con menos curiosidad, con menos asombro ni con menos ilusión. En las tres épocas en las que se encuentran sabemos que no podrán ser, que nunca serán, pero de todas maneras nos queda la ilusión de lo que fueron. El final es cruel pero lógico, otro hubiera sido forzoso y maniqueo, éste es el ideal, el que deja con una sonrisa agridulce en el rostro y con la imaginación contenta.
Lo único que me llegó a molestar fue la repetición constante de la frase "el bailarín mundano" como si nos quisiera poner distancia entre el personaje y nosotros, pero no, es precisamente debido a la creación del personaje que representa Max delante de todos, por tanto tiempo, que deja de distinguir cuándo es él mismo y cuándo es el bailarín mundano.
Gran novela, recomendable, me devolvió la esperanza en los escritores españoles.
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