Desde hace meses leí mucho sobre esta novela de misterio, pero confieso que no me había animado a leerla más que por su cantidad de páginas porque desconfiaba de tantos elogios. Y tenía toda la razón: es la narración de un crimen que tiene tantas vueltas de tuerca que dejan de sorprender y nada más estaba esperando que por fin se acabara para que ya no se sacara más cosas de la manga.
Harry Quebert es un profesor universitario que es acusado de un crimen, obviamente. En las más de 500 páginas su discípulo Marcus Goldman busca por todos los medios defenderlo y comprobar su inocencia, en el proceso se encuentra con que escribirá el libro sobre este asunto.
Con la sinopsis uno puede pensar que será una historia con mucho misterio pero no: los protagonistas se repiten, literalmente se repiten: salen las cartas entre los enamorados una, dos, tres veces. Luego resulta que también estaban dentro de los malos entendidos.
Para mi gusto debió tener unas 300 páginas menos, ser más conciso y entonces el drama me hubiera sabido mejor: de la manera en que está presentado le dio un montón de vueltas innecesarias. El tema de los consejos para escribir está bien planteado pero también cansa.
Lamentablemente no lo puedo recomendar, si quieren leer sobre crímenes, misterios y suspenso mejor lean cualquier novela de Patricia Highsmith, mucho más interesantes y con personajes mucho mejor construidos.
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