sábado, 10 de diciembre de 2016

Siete Evas

Tengo el vago recuerdo de haber leído el Criptonomicón hace mucho, mucho tiempo. Recuerdo bien que La era del diamante no me atrapó. Cuando empecé a ver que había publicado un libro nuevo y que solamente recibía buenos comentarios, decidí leerlo sin saber nada más. El título me gustó y por él se podía inferir algo de la trama. Lo empecé a leer y me gustó desde el principio: es una historia larga en la que conocemos a muchos personajes y los vamos queriendo (u odiando). Me imagino que fue difícil decidir para el autor qué partes incluir y cuáles dejar de lado y hubo algunas decisiones con las que no estuve de acuerdo pero en general me parece que se cuenta lo necesario para conocer la evolución de los personajes y de la trama.

Al final de cada parte me quedé con emoción y le agradecí que hubiera publicado todo en un solo volumen pues fácilmente podría haberlos dividido y publicado con años de diferencia. A pesar de que el inicio es descorazonador al final prevalece un sentimiento feliz y optimista sobre todo por los últimos personajes que conocemos: Sonar y Einstein, mis favoritos junto con Kath.

Es uno de esos libros de los que quieres saber lo que va a pasar y al mismo tiempo no quieres que se acabe: disfruté mucho que tuviera muchas páginas y que tuviera tantas explicaciones sobre la tecnología utilizada. A veces se me olvida que me gusta mucho ese tipo de ciencia ficción.



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