Entre muchos de los rasgos que me encantan de su manera de narrar, está la manera en la que intercala personajes creados por ella con personas que existieron. Y ése es uno de los elementos que más me gustan de los Episodios de una guerra interminable, serie de seis novelas que tratan sobre la Guerra civil española y sus consecuencias.
Esta historia es el quinto volumen de esa serie y, como su nombre lo indica, tiene como eje principal a una madre: Aurora Rodríguez Caballeira, quien buscaba crear a "la mujer del futuro" y para ello experimentó con su propia hija, Hildegart Rodríguez Caballeira, con funestos resultados.
Sin embargo, el verdadero protagonista de este episodio es Germán Velázquez, español exiliado su primera juventud, vuelve a su patria a trabajar en el manicomio para mujeres de Ciempozuelos donde pretende usar un medicamento nuevo con las internas para darles una mejor calidad de vida.
Germán se verá en una realidad que no esperaba: la España de la que partió y la España a la que vuelve tienen más bien poco en común y le costará mucho adaptarse después de haber vivido y trabajado en Suiza. Sin embargo, tendrá las mejores intenciones y se enfrentará, dentro de sus posibilidades, al sistema dentro del que trabaja.
Germán conocerá a María Castejón, una auxiliar de enfermera quien también tiene gran interés en Aurora y se convertirá no solamente en su cómplice sino en su amiga. Ella misma tendrá que enfrentar sus propios fantasmas del pasado y tendrá que tomar decisiones para su futuro.
A través de estos tres personajes, Almudena Grandes hace un retrato de un sector de esa sociedad en el que no se piensa en lo absoluto: las mujeres enfermas mentales y el trato que recibían. "Honestamente le digo, si las cuerdas importamos poco, imagínese las locas, ellas son las últimas de todas las filas."
Además del presente de Germán, nos cuenta el pasado: cómo salió de España, estudió Medicina, se especializó en psiquiatría, todo gracias a los Goldstein, una familia amiga de su padre, que lo recibió y lo acompañó y quienes luego lo necesitaron para afrontar su propio pasado.
Me gustó mucho cómo conocemos la situación a través de los ojos de Germán, de María y de Aurora, que no sea un sólo narrador nos permite como lectores tener acceso a más información que enriquece la historia.
No podría elegir un personaje favorito porque me parece que todos son esenciales para que la historia sea lo que es: un rompecabezas de consecuencias, de decisiones y de posturas frente a la adversidad de la guerra.
Para el reto de lectura Voces femeninas que organiza Babelio este libro cumple con la consigna: una novela cuyos personajes sean tomados de la vida real.
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