sábado, 29 de febrero de 2020

Ese verano a oscuras

Leí los cuentos de Mariana Enríquez y me quedé con una sensación de desasosiego que me duró un rato y a pesar (¿o gracias a eso?) me leí este cuento ilustrado que me gustó mucho.

Se trata de la historia de dos amigas que viven en Argentina durante los cortes de energía eléctrica. Viven en un edificio de departamentos y pasan el tiempo en los pasillos, a veces se meten en la alberca para aguantar el calor sin aire acondicionado. Todo aparentemente normal hasta que ocurre un asesinato en uno de los departamentos y la vida apacible de los vecinos, cambia.

La forma de narrar nos va envolviendo en la historia, no sabemos ya si queremos como los vecinos salir de ahí o seguir hasta tratar de entender lo que pasó. Los personajes contagian del sopor y de la impotencia de padecer el calor, el crimen y las ganas de huir.

Las chicas protagonistas tienen una fascinación extraña por los asesinos seriales, están leyendo un libro del tema y cuando sucede el crimen en su edificio, tienen teorías de explicación que por supuesto no hacen más que incrementar el temor.

Una historia breve que nos muestra una estampa del horror cotidiano.

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Esta lectura es parte de la dinámica de lectura Insolente bingo violeta organizado por Stiby y Kami


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