lunes, 24 de febrero de 2020

Los tres mosqueteros

Debo iniciar con la confesión de que nunca había leído completo este libro: conozco la historia que es más popular, la anécdota general y algunas de las características de los personajes pero hasta ahora fui desde el principio hasta el final.

Para darle el justo valor a la obra, es necesario recordar el contexto en el que fue escrita y publicada, pues si bien hay algunos elementos que en el presente nos desconciertan, para esa época eran la norma.

Se nota cómo la narración tenía como intención terminar los capítulos de manera que dieran ganas de seguir leyendo, cómo el papel principal de los hombres era ser lo máximo y las relaciones políticas tenían más consecuencias que las aparentes.

Al principio d'Artagnan me desesperaba: no entendía por qué tanta insistencia en ser un mosquetero (por aquello del honor) y luego no entendía su obsesión por Constance Bonacieux. Sin embargo, tuve que recordar el contexto para que todo tuviera sentido.

Con los mosqueteros también me desesperé pero ellos me simpatizaron antes que el joven. Me gustaron las intrigas y las batallas, las peleas entre los mosqueteros y la ayuda a la reina.

No pude evitar imaginarme a los personajes como los actores de la versión de los años noventa de "Cyrano de Bergerac": todos jóvenes, todos guapos, todos llenos de energía y de honor.

En cuanto a las personajes femeninas tenemos a los dos arquetipos: la doncella en apuros y la malvada que se vale de sus encantos para lograr sus oscuros propósitos: ambas me simpatizaron de inmediato y me hubiera encantado saber más de ellas por sí mismas, en primera persona.

Una historia que se lee de a poco, disfrutando las intrigas y se termina deseando saber qué sucedió con los personajes.



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