Leí "Como agua para chocolate" en mi pubertad y me gustó mucho. También vi la película en un cine de mi ciudad que ya ni siquiera existe. Me encantó la historia que combinaba cocinar con la vida amorosa de Tita, odié a Mamá Elena y a Rosaura, me desesperé con Pedro y me enojé con las decisiones que tomaron.
Hace un par de años apareció "El diario de Tita" que como el título lo dice es la historia que ya conocemos pero desde el punto de vista de ella. Me gustó por conocer un poco más de ese universo aunque no me dio casi nada nuevo.
Cuando vi este tercer tomo de la historia de comida y amor, dudé un poco. No estaba segura de querer regresar a este mundo. Pero cuando vi la consigna de leer una secuela, lo recordé y me decidí a leerlo. No me arrepentí: me encantó casi tanto como el primero.
Se cuenta la historia de María, una treintañera pasada de peso que acaba de tener un hijo ¡negro! (de ahí el título) sin nadie visible de dónde sacar esos genes. El marido monta en cólera, el matrimonio pende de un hilo y para acabarla de amolar, la mamá de ella se muere. Pero debido a esta desgracia llegará a su vida su abuela Lucía, a quien dejó de ver en su infancia por pleitos entre madre e hija. Será ella quien la arrope en este trago amargo por el que está pasando y le abrirá los ojos no solamente a ese pasado que explica el color de la piel de su hijo, sino también a la sabiduría del pueblo, de las yerbas, de los ingredientes frescos y del cocinar con cariño.
La relación entre María y su abuela es idílica, es perfecta. Las anécdotas que le cuenta, los secretos que comparten y la complicidad que se arma entre las dos es conmovedora. Además de todo eso, le enseña a tejer:
Muy recomendable si te gustó "Como agua para chocolate". Si no lo has leído mejor empieza por aquel y luego ya te vas en orden porque te vas a perder de muchas de las referencias y no lo vas a disfrutar tanto.
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