La historia trata de Lucía en el presente en el hospital escribiendo una semana de su juventud cuando su primera película se estrenó. Además de la emoción del evento, se encuentra en una disyuntiva amorosa que no sabe bien cómo afrontar. En el presente, tiene que esperar un diagnóstico que le permita dejar la hospitalización y se desespera. Comparte su escrito con un viejo amigo, Ricardo, quien la acompañará en su estadía con sus frecuentes visitas.
Al ser una de las primeras novelas de Rosa Montero el estilo se ve pero todavía no en todo su esplendor. Lucía de joven a ratos desespera al lector ante su apatía ante todo, su indecisión y su falta de madurez pero esa es la faceta que nos quiere mostrar la Lucía vieja. Ella misma se da cuenta de cómo actúo y en el presenta trata de reflexionar. Sin embargo su situación de salud cambia en el último capítulo y la afronta con inesperada tranquilidad.
Muy a mi pesar me sentí identificada con Lucía vieja y su enfermedad:
Y la explicación del título me gustó mucho:
Una novela que disfruté más en sus últimos capítulos, aunque no como primer acercamiento a esta autora.
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