miércoles, 31 de enero de 2018

Agnes Grey

Nunca había leído nada de la menor de las hermanas Brönte y me sentí sumamente identificada con la protagonista: Agnes es una joven que decide ser institutriz y sus experiencias dejan mucho que desear. La primera familia con la que trabaja se trata de niños muy malcriados que hacen su santa voluntad nada más (¿alguien dijo pubertos?) y en su segunda experiencia le va ligeramente mejor.

Probablemente no era la lectura más indicada para antes de darles clases a los pubertos pero sí para después porque compartía su sufrimiento.Me gustó mucho la narración, la frustración es palpable aunque nunca se deja vencer por la desesperanza. El temperamento de Agnes es optimista a pesar de todo. Los padres de los engendros a los que cuida también dejaban mucho que desear, no ven lo que es evidente y prefieren cerrar los ojos ante las evidencias.

Ahora, el componente romántico: llegó a medio libro y desde que apareció el personaje masculino, uno se empieza a oler por dónde va a ir la historia. Sucede más despacio de lo que esperaba y obviamente nos hace sufrir pero el final lo compensa todo.

Un detalle que aprecié mucho fue que estuviera relatado a manera de diario y por eso hace algunas referencias a los lectores, situación que se agradece y se disfruta.

Incluyo esta lectura en dos retos, primero #TravesíaFeminista de las chicas de Librosb4tipos quienes este año proponen leer autoras de diferentes partes del mundo: en enero toca Europa Occidental.

Y segundo el #BrönteChallenge creado por Mikey en su canal de Youtube. La idea es leer un libro de las hermanas cada mes de este año.



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