Iba muy emocionada a la clase y no me decepcionó: creo que me está gustando más que el kickboxing, que ya es mucho decir. Creo que todo depende de qué tan difícil esté la coreografía, porque me frustra mucho no poder seguirla. Pareciera que el instructor ya se dio cuenta de que tiene más de dos alumnos y las está haciendo no más sencillas pero sí más despacio para que podamos ver mejor los pasos. La de hoy fue parecida a la del sábado, parecida a la de la semana anterior. Acabé muy contenta y el buen humor me duró hasta irme a acostar.
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