Volvieron las clases divertidas en el gimnasio con todo el ímpetu: muy pesada, muy rápidos los pasos pero lo disfruté mucho, aunque creo que para disfrutar más la clase, necesito dejar de compararme con el resto de los asistentes, que no me importe si lo hago mejor o peor que x o z, sino hacerlo lo mejor que pueda, sin presionarme mucho. Y ahí está el otro punto, el balance entre no presionarme para nada y presionarme de más.
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