Fue una tarde redonda: antes de ir al gimnasio terminé de tejer y armar un pedido ultra urgente y de regreso le puse los últimos detalles. Si bien cuando llegué a la clase tenía la sensación de que debía haberme quedado a terminarlo, una vez que empezamos con las repeticiones y "los ochos" todo se me olvidó y me sentí bien de haber ido. Cansada, pero bien. Fue una clase del estilo que prefiero, con varias partes de coreografía para unir al final y para terminar golpes específicos para mejorar la técnica.
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