Llegué a la clase cuando ya había oscurecido por completo y me daba flojera, en el camino penaba que no eran horas de andar por las calles, pero cuando empezamos con la rutina, se me olvidaron los pretextos y felizmente la hice. Fue diferente a otras clases porque hicimos intervalos, secuencias más o menos cortas, repetidas y luego un solo golpe en diferentes intensidades. La segunda parte de la clase fueron 5 estaciones con diferentes ejercicios de insanity: abdomen, brazo, brazo, pierna y saltar la cuerda: mortales pero divertidos.
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