Con la publicación de "La guerra de las guerras", me vi en el predicamento de releer o no releer los primeros volúmenes para refrescar la historia en mi mente. Cuando conseguí los audiolibros de la nueva edición de "Las dos muertes", "La traición" y "La venganza" no lo dudé más y empecé a releer y escuchar al mismo tiempo. Evidentemente hubo partes que solamente fueron escuchadas porque aprovecho el trayecto rumbo al trabajo pero las partes que sí fueron leídas y escuchadas fueron una experiencia muy enriquecedora: por un lado combinar el trabajo del lector Jorge Lemus con la escritura y la reescritura de Jaime Alfonso Sandoval; por otro lado detectar los pequeños cambios que conforme pasan las páginas son más evidentes, eso sí, sin perder la esencia de la historia de Lina Pozafría.
Leí la trilogía original hace cinco años y ahora me volví a emocionar, angustiar y enojar con los personajes: una prueba más de que están muy bien construidos, que simpatizan o caen mal; además de que ha superado la prueba del tiempo.
Candidatos a mi personaje favorito hay muchos pero creo que en el top tres siguen estando (sin un orden en particular): Marcia, Lina y Osric. Cada uno de ellos tiene momentos entrañables y conmovedores no solamente en la relación familiar que tienen entre sí, sino como individuos: obviamente de Lina sabemos más y la acompañamos en su evolución pero los otros dos también atraviesan cambios inesperados (tanto en el presente como en el pasado) que hacen que los lleve en mi corazón lector.
Mención aparte merece Cerberus, quien en mi primera lectura me impactó de una manera y después de haber visto el efecto que causa en otros lectores, lo leí con otros ojos y comprendí esa fascinación que provoca: un ser incomprendido, ni siquiera por sí mismo, lleno de dudas y de expectativas de los demás, debe elegir seguir ese destino previamente trazado o tomar sus propias decisiones.
Hay detalles que recordaba muy bien y otros que me volvieron a sorprender, hay pasajes violentos y angustiosos que volvieron a provocar que no quisiera dejar el libro ni un momento, partes de sufrimiento y sobre todo, partes de enorme disfrute por volver a este Mundo umbrío.
Ahora lo que me resta es disfrutar de la conclusión y aguardar el momento de la siguiente relectura de esta, ahora, tetralogía.
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