miércoles, 2 de septiembre de 2020

La edad de la inocencia

Edith Wharton escribió esta novela que se publicó en 1920 y recibió el Premio Pullitzer al siguiente año.

Se trata de la historia de Newland Archer y su amor por su prima Ellen, la condesa Olenska, en una sociedad en la cual las apariencias son lo más importante. Newland está comprometido para casarse con May, una joven que cumple con todas las características que se esperan de ella. Sin embargo cuando la condesa regresa con su familia luego de un matrimonio fallido, el mundo de Newland se tambalea.

Cada uno de los tres personajes tiene sus propias luchas internas: Newland quiere ser "progresista" en su relación con May pero se va dando cuenta de que él solo no puede contra las convenciones de su comunidad; May quiere ser una buena esposa y una buena compañera para Newland pero no puede ver más allá de lo que le han inculcado desde pequeña; Ellen no quiere seguir en un matrimonio y logra reunir el valor para dejarlo únicamente para recibir los consejos no pedidos de toda su familia para volver con su esposo.

Al principio pensé que Newland de verdad lograría crear una vida diferente con May pero cuando sus planes se empiezan a fallar y aparece Ellen, toda su lógica desaparece. Creo que su desenlace es el más triste pues dedica su vida a cumplir con los dictados de la sociedad. Hubo varias frases que hicieron del joven Newland un personaje esperanzador para luego solamente verlo desaparecer en la monotonía: "Las mujeres deberían ser libres... tan libres como nosotros."

Podríamos haber sabido más de las mujeres protagonistas si alguna parte de la narración hubiera sido contada desde su perspectiva pero al ver las acciones únicamente a través de los ojos de Newland, nunca sabemos exactamente qué pensaban ni podemos saber si estaban de acuerdo con las decisiones que él fue tomando, sin consultarlas.

May me sorprendió con su acción casi al final del libro: el único acto que vemos que realiza conscientemente para no perder su estatus y lograr la estabilidad familiar con Newland.

Recuerdo haber visto la película de los años noventa pero realmente no recordaba la trama, sin embargo mi recuerdo me ayudó a tener una imagen de la moda y el entorno de la época.

Una historia que cautiva desde el inicio, que sigue siendo vigente en muchos de sus aspectos y que deja con un sabor agridulce al finalizarla.














Llegué a esta lectura gracias a la dinámica de lectura Insolente bingo violeta organizado por Stiby y Kami, aunque ya no se cuente como parte del reto.

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