Leí por primera vez "El cuento de la criada" hace muchos años y me dejó pensando. Luego con la serie que están haciendo lo releí. Por eso cuando supe que iba a publicarse una continuación, después de tantos años, no dudé en leerla.
Al igual que en la primera parte, la historia se cuenta a través de testimonios encontrados de lo que fue Gilead, en esta ocasión tenemos tres fuentes de información: una chica que creció en el lugar, una chica que creció en Canadá pero que nació en Gilead y una de las "tías", la más importante, la tía Lidia.
También tiene al final una recapitulación de lo que leímos desde el punto de vista de los historiadores que están investigando sobre lo sucedido, ellos son quienes ordenaron cronológicamente los testimonios para que fueran más sencillos de leer.
La parte que leí con más interés fue la de la tía Lidia, si bien en la serie ya se presentó un poco sobre su vida de antes, en el libro es completamente diferente: fue esclarecedor ver su transformación de una mujer independiente a una de las organizadoras de la sociedad. Las acciones que toma cuando las cosas ya no van como ella esperaba, son uno de los detonantes para la caída de esa misma sociedad.
En cuanto a las chicas, la que vivió toda su vida en Gilead es cándida y confiada, sin embargo cuando se enfrenta a las decisiones más difíciles, sigue sus instintos y no lo que le han enseñado, lo que demuestra que por más que le hayan inculcado ideas, cuando llegó el momento, supo lo que era mejor.
La que nació en Gilead y creció en Canadá debe enfrentarse a ese hecho que desconoce y a partir de él se dará cuenta de que su vida no es lo que ella pensaba. Igual tendrá que tomar decisiones que van más allá de ella misma.
Me gustó cómo se entrelazan las historias, cómo cada personaje nos muestra un punto de vista de los mismos hechos, cómo se presentan los otros roles que cumplían las mujeres en esa sociedad y cómo los hombres las subestimaron al crear sus leyes nuevas.
Una novela que también me dejó pensando pero con un toque más de esperanza, menos triste que la primera parte.
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