Hace mucho que un libro no me hacía creer una cosa en una página para cambiarme por completo la idea en la siguiente. Lo empecé a leer mientras esperaba a que me atendieran en el IMSS y al llegar a casa tuve que seguir leyendo hasta terminarlo.
Se trata de la historia de Lara: una chica que ha conocido por internet a un chico que se hace llamar Wilde y de quien poco sabe de su vida personal aunque sí mucho de sus gustos y sueños. Después de un par de meses de pláticas de madrugada deciden que ha llegado el momento de conocerse y eligen un restaurante de comida rápida en un centro comercial. La velada empieza a tropezones pero poco a poco van recuperando la confianza que tenían en sus charlas.
Mientras eso sucede con Lara, se ha encontrado un cuerpo de un joven que podría estar relacionado con ella y, al avanzar las investigaciones, nos daremos cuenta de que es así de más de una forma.
Me gustó mucho cómo se combina lo que sucede en la cita de Lara con la investigación de la policía, cómo todo sucede en una noche y se resuelve también. Para mi gusto el epílogo sale sobrando, aunque sí le da un broche al desenlace.
Lara es un personaje que a ratos me desesperaba: insegura de ver a quien conoció virtualmente, temerosa de su ex novio, intranquila por no saber qué pasará en la velada. Sin embargo, cuando es necesario, saca fuerza de flaqueza y no se deja vencer por las circunstancias.
Wilde es un personaje que va ganando al lector, tal como lo hizo con Lara: dice las frases justas en el momento preciso, le da espacio y busca darle seguridad a ella, si bien fue él quien decidió no dar más señas personales, accede a ir revelando datos y a hacerse ver vulnerable. El giro que darán los acontecimientos, no me lo esperaba.
En cuanto a la investigadora de la policía, me simpatizó que a pesar de las críticas de su compañero, siguiera sus instintos y lograra aclarar el caso con gran rapidez.
Una lectura recomendable para quienes gustan de los misterios que se van resolviendo, de las historias de amor que no son lo que parecen y de ir adivinando quién es el culpable.
Este libro de David Lozano pertenece al Plan lector para este ciclo escolar 2019-2020 de Edebé, además de haber ganado el Premio Edebé de Literatura Juvenil en 2018.
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