En esta historia conocemos a Rafa un niño que debe cambiar de lugar de residencia del continente hacia una isla debido a su papá por lo que su relación no es tan armoniosa como su mamá querría. Sin embargo, encontrará amistades y hará descubrimientos que lo llevarán a replantearse su estado de ánimo.
Me gustó mucho cómo la autora recrea la vida en la isla durante los años ochenta al incluir detalles acerca de la comida y las costumbres de sus habitantes de tal manera que nos sentimos transportados a ese momento y lugar. Además las ilustraciones de Tania Juárez complementan muy bien la trama.
La amistad que entabla Rafa con Manu es una muestra de cómo incluso en las situaciones que parecen más desalentadoras, se puede encontrar algo positivo, en este caso con un sentimiento agridulce.
En cuanto a los adultos de la historia, tenemos por un lado a los papás de los niños y por el otro al resto de los habitantes de la isla. Los primeros se esfuerzan por que sus hijos puedan tener todo lo necesario para vivir cómodamente y los segundos mostrarán que las apariencias engañan.
Una historia sobre la amistad y la familia, los encuentros y las despedidas.
Acá se puede ver el booktrailer hecho por la editorial y acá un reel hecho por mí con motivo del Día del padre.
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