En este libro se aborda la sexualidad de una pareja de jóvenes de una manera natural, sin dramas y sin consecuencias funestas, simplemente como parte de la vida cotidiana de todo ser humano. Evidentemente esto le ha traído una fuerte censura desde su publicación en 1975.
Katherine, la protagonista, es una chica que está en el proceso no solamente de vivir su primer amor sino de encontrar quién es ella misma y cómo quiere presentarse frente al mundo. Las dudas y las alegrías de esta etapa son mostradas de manera sencilla y eso nos permite a los lectores identificarnos (o recordar) cómo fue el atravesar esas experiencias.
Me gustó que la relación de los protagonistas, si bien tiene sus partes de drama, no se centra en eso: evoluciona de una forma tal vez inesperada para ellos pero congruente con lo que se presenta en la historia, de tal manera que los lectores quedamos satisfechos con lo sucedido.
Una lectura que sigue siendo relevante después de tantos años de su publicación.
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