El detalle de las ilustraciones es hermosos en cada una, no solamente acompañan al texto sino que son parte fundamental de la historia que se cuenta: si bien son animales parlantes, están en un nivel diferente al de los cuentos de hadas y las fábulas pues los personifica sin que pierdan su esencia.
En esta historia conocemos a Benjamin, el primo de Peter, quien tendrá sus propias aventuras al proponer que vayan a recuperar las prendas perdidas en la historia previa.
Me gusta cómo cada uno de los conejos tiene su propia personalidad, sin importar que sean parientes, cómo Peter parece haber aprendido una lección y cómo Benjamin todavía tiene camino por recorrer.
Una historia breve sobre la amistad y el pedir ayuda.
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