Eva García Sáenz de Urturi es una de las escritoras españolas que vende más libros en la actualidad.
Este libro es la primera parte de una bilogía cuyos protagonistas son, como el título lo indica, una familia muy peculiar: han vivido miles de años y, entre otras cosas, buscan la explicación de su situación. En el momento que los conocemos se encuentran en Santander, dirigiendo un museo de antropología con la secreta intención de recuperar artefactos que ellos mismos fabricaron a lo largo del tiempo.
Adriana es una joven que ha vivido de un lado a otro sin echar raíces y ahora ha decidido volver a su ciudad natal para resolver lo que para ella siempre ha sido un misterio: el suicidio de su madre. Ella será quien nos guíe a los lectores para conocer a la familia y, al mismo tiempo, se verá involucrada con ellos de maneras que nadie esperaba.
Me gustó cómo se combinan relatos del pasado de los longevos para explicar algunos de los hechos del presente así como para conocerlos y entender el por qué de las diferencias entre ellos: el padre Héctor quien ha vivido múltiples experiencias inimaginables; Iago el hermano mayor quien lo ha acompañado y quien lo entiende mejor que nadie; Jairo el hermano menor y el experto en arte; Lyra la única mujer y quien más recientemente ha perdido a su familia efímera.
No me esperaba la manera en la que se conectaron los sucesos más relevantes para cada uno de los protagonistas y eso siempre se agradece: si bien hubo algunas pistas para identificarlo, también hubo detalles sorprendentes para enredar todavía más la situación.
Obviamente el final deja cabos sueltos, con la intención de que sigamos leyendo, sin embargo también se resuelven los misterios principales de tal manera que se podría dejar la lectura con este volumen nada más.
Una historia sobre el paso del tiempo y cómo afecta a las relaciones familiares.
No hay comentarios:
Publicar un comentario