Elia Barceló es una escritora española cuya obra se desarrolla en diversos géneros y temas. Esta novela es la segunda que tiene como escenario Santa Rita, el edificio que a lo largo de su existencia ha cumplido con diferentes propósitos y ahora ya ha tomado la forma de una vivienda para una comunidad que se ayuda entre sí no solamente en lo práctico sino también lo emocional.
Cuando todo parecía estar encaminándose para tener una vida pacífica, el hallazgo de unos cuadros y una caja misteriosa emparedados dará un giro a la vida de los habitantes y de las personas a su alrededor. Al igual que en la primera parte, en esta continuación el edificio en sí mismo tiene tanta relevancia como un personaje, no solamente por los hechos que suceden en él sino por lo que ha representado a lo largo del tiempo para diversas personas.
Aunque Sophia sigue siendo el eje de la trama al ser la propietaria de Santa Rita, en esta ocasión no será el personaje principal pues la acompañaremos al pasado para recordar y descubrir hechos relacionados con sus padres que nadie imaginaba aunque sí se tuvieran sospechas.
Me gusta la manera en la que la autora logra combinar los hechos del presente con los del pasado, de tal manera que siempre deja ganas de seguir leyendo, ya sea para conocer las revelaciones del momento o cómo el pasado los afecta.
Ahora no tuve un personaje favorito porque me parece que hay muchos que tienen gran importancia para el desarrollo de la trama y muchos que han ido cambiando desde la primera novela, de manera que tienen un lugar especial en mi corazón de lectora.
Me hubiera gustado que se definiera más sobre el futuro de Santa Rita pero comprendo que será una manera de mantenernos a la expectativa en las (espero) próximas entregas en este mismo lugar.
Una historia sobre las cosas que se hacen y que se aguantan por amor, a pesar de todo y de todos.
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